No cabe la menor duda de que a don Luis Oyarzún le hubiera gustado este coqueto café ubicado en el paseo Camilo Henríquez, a la sombra de su árbol.
Para quienes no lo saben, Luis Oyarzún fue un filósofo poeta y escritor que trabajó durante años en la Universidad Austral de Chile hasta el año de su muerte en 1972, no sin antes dar una recordada lucha en contra de los constructores del edificio del Banco Estado para evitar la tala del tulipero que indica incesamente las estaciones del año junto a la torre de la iglesia luterana.
Es en esta mágico espacio, de tanto significado cultural para nuestra ciudad, que se emplaza el café del que hablamos.
El café literario “El Escritorio”, además de servir este rico brebaje caliente que nos permite funcionar, ofrece una pequeña biblioteca donde se pueden intercambiar libros. Además, para darle un aire todavía más literario, hay una antigua máquina de escribir donde los transeúntes pueden sentarse a escribir un fragmento de una historia colectiva, en la que todo escritor frustrado (¿no lo somos todos acaso?) puede dejar su huella.
“Lo encuentro innovador. Yo desde que estoy en Valdivia nunca he visto algo parecido, de que tantas personas colaboren en una historia. Me gusta el que cada persona pueda agregar algo de sus ideas y sus gustos, en este caso sobre el gato”, comentó una persona que circulaba por el paseo.
Por si fuera poco, justo frente al café, se están terminando los nuevos murales que adornarán el paseo Camilo Henríquez, consolidándolo como un espacio patrimonial en el centro de la ciudad de Valdivia.
Te invitamos a seguir este novedoso espacio siguiendo a "El Escritorio" en su cuenta de Instagram. No dejes pasar la oportunidad de disfrutar de una tarde otoñal en este café y, quién sabe, de escribir algunas líneas para una historia sin final.
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