Con la Fase 3 en Valdivia, y tal como los están haciendo varias comunidades religiosas tanto católicas como evangélicas, se aumentó el aforo para participar en cultos o celebraciones religiosas en la capital de Los Ríos. Un caso específico es el de la comunidad católica de Preciosa Sangre, ubicada en el corazón de la población Corvi de Valdivia.
Actualmente la comunidad está celebrando su aniversario N°58, desde que en 1963 se levantó una precaria carpa con los misioneros norteamericanos que llegaron a la ciudad y la encontraron aún desbastada por el terremoto del 22 de mayo de 1960. Con el tiempo los mismos pobladores –ex habitantes de los rucos que sobrevivieron al terremoto- levantaron la iglesia tabla por tabla y clavo por clavo, una verdadera respuesta de la necesidad de fe que tenía este grupo de mujeres y hombres guiados por sacerdotes inolvidables como Ricardo Beischel, Juan Falter, Thomas Hemm o Israel de la Fuente.
PANDEMIA
El actual párroco de Preciosa Sangre es el religioso Nicanor Azua, quien recordó que desde el inicio de la pandemia hubo que adecuarse a transmitir las misas por vía remota y para ello contó con la ayuda de varios laicos de la comunidad.
Con la Fase 2 del Plan Paso a Paso el padre Nicanor inició celebraciones presenciales con aforo de no más de 20 personas y ahora con la Fase 3 ya puede aumentar el aforo a 75 personas. Pero no es cuestión de llegar y punto, hay que seguir ciertos requisitos y protocolos sanitarios. El mismo religioso los explica: “en esta fase podemos tener hasta 100 personas, pero nuestro templo lo hemos adecuado para recibir a 75 personas que tienen que llegar al menos con 15 minutos de anticipación para su inscripción, tanto en el templo parroquial como en la capilla Santísima Trinidad”.
Cada feligrés debe ingresar con su mascarilla puesta, ponerse alcohol gel en las manos a la entrada y seguir las señalizaciones de ubicación, guardando cierta distancia entre uno y otro asistente. “De a poquito vamos regresando y queremos ir dando seguridad de que tanto en el templo, capilla Santísima Trinidad y las capillas de campo, donde ya hemos iniciado las misas, vengan con tranquilidad y seguridad porque tenemos todas las precauciones sanitarias”, precisó Azua.
MISAS
Las misas en Preciosa Sangre son los lunes, miércoles, jueves y sábado a las 19 horas y domingo a las 12 horas y los martes y viernes a las 19 horas en la capilla Santísima Trinidad, ubicada a la salida sur de la ciudad.
Nicanor Azua destacó la fe y participación de su comunidad e indicó que “pese a estar encerrados y restringidos en salir la gente igual ha estado presente siguiendo las misas en las redes, participando en las ollas solidarias que tenemos para los hermanos más necesitados y poniéndose con nuestra parroquia en el sentido que como no hemos tenido ingresos y hay gastos la gente ha sido muy solidaria y generosa”.
Un momento muy emotivo para los fieles es el de la comunión. Varios no han comulgado desde el inicio de la pandemia por lo que ese momento resulta muy emocionante tanto para laicos como para el mismo sacerdote que entrega la ostia consagrada.
“Es una emoción para ellos y para uno como sacerdote. Tanto tiempo sin poder recibir a Jesús físicamente, especialmente a hermanas y hermanos que conozco de años y sé lo importante que es para ellos la Eucaristía. Es un gozo grande para ellos recibir a nuestro Señor y para toda la comunidad”, indicó.
El padre Nicanor Azua dijo que el tiempo de pandemia “no sólo ha sido de cosas negativas, sino que un tiempo de gracia para poder renovarnos y reencontrarnos con el Señor en las distintas circunstancias de la vida”.
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