En 1920, hace 100 años atrás, se creó la parroquia Nuestra Señora de Lourdes de Paillaco en la época en que esta comunidad era parte de la Gobernación Eclesiástica de Valdivia que encabezaba monseñor Augusto Klinke, cuatro años antes de que se transforme en Obispado de Valdivia.
La comunidad católica de Paillaco, que se reúne bajo la guía del párroco Luis Gallardo, había planeado hacer una gran celebración del centenario, pero la actual contingencia sanitaria que enfrenta al país llevó a modificar el programa y realizar actividades cuyo objetivo apunta a ir en ayuda de los más desvalidos de su comuna.
Son tres las acciones que se están llevando a cabo en la parroquia de Paillaco durante estos meses, la mantención de un comedor social, la apertura de un albergue de invierno y la ayuda a cerca de 100 familias. Este servicio se realiza de manera silenciosa, donde voluntarias y voluntarios anónimos, colaboran para ayudar a sostener estas tareas de la parroquia. Algunos dan de su tiempo para cocinar, otros para atender el albergue, acogiendo, cocinando, lavando la ropa o haciendo los aseos. Otros trayendo alimentos o algo de dinero para colaborar, viviendo la comunión a través del servicio al prójimo.
En el comedor solidario se atienden a más de 50 familias los días miércoles y viernes. Esta actividad la realizan diversas voluntarias, quienes, junto a las Hermanas Carmelitas, preparan y sirven comida con gran cariño y dedicación a quienes se acercan.
ALBERGUE
También se habilitó un albergue de invierno junto a la Municipalidad de Paillaco que ofrece en sus salones alojamiento para ocho personas en situación de calle. El albergue comienza a atender desde las 17 horas y ofrece duchas, ropa limpia, cena, desayuno y una cama digna para descansar.
La tercera iniciativa es la entrega de bolsas de alimentos a cerca de 100 familias, tanto rurales como urbanas que son visitadas en sus hogares, para conocer sus necesidades y acompañarles a través de la escucha y ayuda en alimentos, ofreciendo un poco de consuelo y esperanza.
El padre Luis Gallardo comentó que el Consejo Pastoral de la Parroquia, en su reunión del mes de julio, constataba como “nuestra gente es generosa para compartir lo que tiene” y expresó que aunque no es posible reunirse en el templo para celebrar la Eucaristía cada domingo, “la solidaridad es en este tiempo, la liturgia de suave aroma, con que honramos a Dios, que está presente en los hermanos más necesitados y vulnerables”.
Gallardo manifestó que “aunque no tenemos de sobra, nunca nos falta, Dios es providente con nosotros. Es mejor que sea así, pues junto con trabajar, también tenemos que rezar” y destacó la alegría, generosidad y buena disposición de la comunidad de Paillaco en este año del centenario parroquial.
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