El puerto de Corral, además de ser una bahía con una importancia histórica por las baterías y castillos españoles construidos en el siglo XVII, tiene características que favorecen a los navíos, especialmente para fondear temporales. Pese a ello la tragedia igual ha atracado en la comuna puerto en otras ocasiones, tal como lo acontecido pasado martes 24 con el hundimiento de la lancha Victoria y el fallecimiento de seis de sus siete tripulantes, luego de chocar con una barcaza que trasladaba chips.
Antes de este triste acontecimiento, tres han sido las tragedias más sonadas en Corral, la primera y más famosa es la del maremoto del 22 de mayo de 1960 que, además de la destrucción en tierra, produjo el naufragio de varias embarcaciones; la segunda el hundimiento del Calypso I el 18 de febrero de 1990 y que quitó la vida de 21 valdivianos que acompañaban a una delegación deportiva, y el tercero el naufragio del navío Porvenir I en Punta Galera, el 3 de agosto de 2005, y que significó la muerte de tres de sus tripulantes.
Diario de Valdivia hace un recuento de estos acontecimientos que marcan la historia de nuestro puerto principal.
MAREMOTO
El maremoto de 1960 es por lejos la tragedia más grande que vivió la comunidad de Corral en su historia. A principios del siglo XX Corral era un puerto pujante en el sur de Chile, destacando la apertura de la primera industria siderúrgica de Sudamérica el 6 de marzo de 1906, conocida como Altos Hornos, más el inicio en 1910 de la Sociedad Ballenera de Corral con la empresa Christensen & Co.
El maremoto de 1960 se produjo después del gran movimiento de las 15.11 horas, cuando el nivel del mar subió 4 mts. y comenzó a retraerse a las 16.10 horas arrastrando a los barcos, principal al Canelos, Carlos Haverbeck y Santiago, y a las 16.20 horas una ola de 8 mts. azotó la costa a 150 kms. por hora, para posteriormente el mar volver a retraerse, arrastrar las ruinas de Corral Bajo y volver a impactar la costa con una ola de 10 mts. Todos los navíos fueron destruidos, salvo el Canelos que fue arrastrado 1,5 kms. hasta encallar en el estuario del río Valdivia.
DOLOR VALDIVIANO
Otra tragedia en la bahía fue la que golpeó a valdivianos, específicamente a los miembros del club deportivo Barrio Miraflores el 18 de febrero de 1990. La delegación deportiva valdiviana disputaba por aquellos días el Campeonato de Fútbol Regional de Clubes Campeones y visitaba Corral como parte de una de las fechas del certamen.
Tras jugar su partido se procedió al retorno por mar a Valdivia. La delegación futbolística se subió a la lancha Calypso I, pero iba acompañada de numerosos hinchas y familiares. La embarcación no estaba preparada para recibir a tanto número de personas, en total más de 130 pasajeros, eso hizo que se escorara (inclinase) y se diera vuelta de campana.
La Capitanía de Puerto de Corral estaba controlando el zarpe de otra nave y cuando los efectivos de la Armada se dieron cuenta del exceso de pasajeros de la lancha no alcanzaron a detener el zarpe.
Fueron 21 personas las fallecidas, entre ellos menores de edad, y fue tanto el impacto de la tragedia que hasta hoy aún se recuerda entre los socios e hinchas del club Miraflores.
NAUFRAGIO DE LA PORVENIR
En 2005 ocurrió otra tragedia muy cerca del histórico puerto cuando naufragó el buque mercante Porvenir I hecho que le costó la vida a tres de sus tripulantes. El hecho ocurrió el 3 de agosto de 2005 en Punta Galera, a 50 kms. al sur de la bahía de Corral, y en él perdieron la vida el capitán Jorge Órsola Pizarro, el jefe de máquinas César Sierpe Fierro y el 2º piloto Harold Monsalve de la Fuente. La Porvenir I se escoró aparentemente por el peso de los contenedores que trasladaba y finalmente encalló a 200 metros de la costa.
La nave que viajaba con 15 tripulantes a bordo había zarpado el 30 de julio desde Puerto Chacabuco y se dirigía a Talcahuano. Anteriormente había recalado en Chacao por el mal estado del clima, pero siguió su viaje hasta que las malas condiciones climáticas provocaron que algunos contenedores se soltaran, provocando una peligrosa inclinación del barco cerca de Corral.
De inmediato se activó un operativo de búsqueda y de rescate por parte de la Armada con dos helicópteros, los cuales fueron apoyados por dos pesqueros y un remolcador. Los primeros intentos de socorro fueron infructuosos. Esto acentuó la desesperación de los tripulantes, quienes estoicamente se mantuvieron en la cubierta del barco soportando el temporal.
En la tarde de ese 3 de agosto, los primeros sobrevivientes fueron trasladados por vía aérea hasta Valdivia. Otros, en tanto, fueron rescatados desde el mar por los barcos de apoyo. Durante la noche de la misma jornada, las condiciones climáticas no mejoraban, por lo que se decidió suspender la búsqueda, pese a que cinco tripulantes aún permanecían con vida a bordo de la Porvenir I.
A la mañana siguiente la situación era diferente. Uno de los tripulantes había llegado nadando hacia la orilla, cerca de Chaihuín, y otro fue rescatado por uno de los helicópteros. Sin embargo, Orsola, Sierpe y Monsalve ya no estaban en el barco.
En su momento el buque, que pertenecía al holding Pesca Chile, ya tenía 33 años de antigüedad y después de la tragedia hubo gran polémica, pues según la Sipromam (Sindicato Profesional de Oficiales de la Marina Mercante) la nave debía transportar rodados y no contenedores.
En todos estos naufragios, salvo la del maremoto, la negligencia o el error humano fueron detonantes de la tragedia.
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