Los salmones lograron establecerse en pisciculturas rudimentarias y utilizando materiales de desecho de la industria petrolera.
Una investigación realizada por Oneska Peña y Lillo, geógrafa del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh), determinó el contexto histórico sobre la llegada de los primeros salmones a la Región de Magallanes y cómo estos se establecieron bajo diferentes métodos de cultivo y posterior pesca.
“El primer descubrimiento fue confirmar que no existía un relato histórico sobre los inicios de la acuicultura en la región”, expresó la investigadora, cuya investigación tuvo como objetivo de identificar cómo los distintos actores de la Región de Magallanes ven la salmonicultura.
Peña y Lillo manifestó que la llegada de esta especie fue de manera insipiente, logrando establecerse producto de su cultivo en pisciculturas rudimentarias, utilizando materiales de desecho provenientes de la industria petrolera, como tubos plásticos, metálicos y estructuras de madera.
En el estudio cuentan hasta el momento con una visión histórica del proceso, identificando que la salmonicultura en Magallanes se fue construyendo de manera paralela con las regiones de Los Lagos y de Aysén. En la zona austral, a través de gestiones y acuerdos entre el gobernador Javier Palacios y el Estado chileno, se introdujeron las primeras ovas, o huevos de pescados, procedentes de la piscicultura de Lautaro. Así, en 1927 se estipuló el ingreso de salmónidos en la región con el propósito de atraer turistas.
“Bajo el contexto de diversidad productiva, la especie de salmón del Atlántico y trucha marrón se introdujo en aguas interiores”, explicó Peña y Lillo. De esta manera, se impulsó el inicio de la pesca deportiva y comercial en los ríos Pescado, Agua Fresca, Penitente, Tres pasos, Picana, Kark y Guillermo, Oscar, Del Oro y Verde. En tanto, en los ríos de Tierra del Fuego se realizó el ingreso de las primeras ovas.
Posterior a ese proceso que no proliferó, en 1970 nuevamente surge el interés de desarrollar el sector. Por medio de un acuerdo de colaboración entre Chile y Japón, se permitió el ingreso de ovas de la especie salmónida Oncorhynchus kisutch (salmón del pacífico o coho), así como también la llegada de expertos en el tema.
En 1982, a través de Fundación Chile, se realiza la primera siembra de alevines, o crías recién nacidas de peces, (provenientes de la Universidad de Washington) en torno al río Santa María (60 km al sur de Punta Arenas), liberándose alrededor de 70 mil smolts -en etapa de comenzar a vivir en medio marino- de salmón del pacífico y 200 mil de O. tshawytscha (salmón rey), recuerda la geógrafa.
No fue hasta al término de la década de 1990 que el sector cobró impulso en Chile, convirtiéndose en el segundo productor mundial de salmones, superando a la industria noruega. Cifras muestran que, en el 2017, la Región de Magallanes presentó el 12% de la producción de salmones del país.
Posterior al 2006, luego de la proliferación del virus ISA, aumentaron en un 22,6% las solicitudes de concesiones en la región, de 4 el 2006 alcanzaron las 910 el 2007, según la información de Sernapesca del presente año.
La investigación de Oneska Peña y Lillo avanza a una segunda etapa, donde se analizará la industria salmonera y el desarrollo regional de Magallanes desde la perspectiva de los actores regionales. También se profundizará en la visión de estos en torno a la expansión de la industria en la zona.
Grupo DiarioSur, una plataforma de Global Channel SPA. Powered by Global Channel