La alcaldesa de Paillaco, Ramona Reyes Painequeo y el alcalde de Futrono, Claudio Lavado Castro, interpusieron recursos de protección en la Corte de Apelaciones de Valdivia para evitar el traslado de salmones descompuestos a un vertedero privado ubicado en el límite de ambas comunas, específicamente en la localidad de El Llolly.
El jefe comunal futronino aceptó el llamado de su colega de Paillaco a oponerse a que la planta de tratamiento de residuos industriales Rilesur, con instalaciones a orillas del camino que une Reumén con Nontuelá, sea el destino de las 200 toneladas de salmones podridos que se mantienen en las bodegas del barco Seikongen que se hundió en octubre de 2017 en la costa de Chiloé.
Ramona Reyes, acompañada por el concejal José Aravena y la encargada comunal de medio ambiente, Macarena Ibarra, entregó el recurso en la Corte pasadas las 13.30 horas y minutos después el alcalde Lavado ingresó un segundo recurso con el mismo propósito.
MALOS OLORES
A la salida ambos jefes comunales hablaron con la prensa donde entregaron los argumentos del rechazo a la posibilidad que planteó Harry Jürgensen, intendente de Los Lagos, quien dijo que el vertedero privado de Paillaco cumplía con las condiciones para recibir los salmones descompuestos que permanecen en la embarcación que, tras ser reflotada, sería remolcado hasta Talcahuano, municipio que se opuso legalmente.
La alcaldesa de Paillaco señaló que Rilesur ha incumplido con las normas ambientales y que el olor generado en la planta afecta a los vecinos y a quienes transitan desde y hacia Futrono.
Por su parte Claudio Lavado señaló la zona de El Llolly es una vía de conexión muy importante para Futrono, por lo tanto quienes la recorren se ven expuestos al hedor que emana de las instalaciones de la planta ubicada junto al camino.
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