Eran las 17.30 horas del viernes 10 de julio y comenzaba a oscurecer en Quillín, sector ribereño del río Bueno, en la comuna de Lago Ranco.
Óscar Oporto vive muy cerca donde confluyen el lago y el río. Él y varios lugareños llevaban días buscando a Claudio Barahona, de 34 años, residente en la capital, quien el 28 de junio había caído al agua junto a su amigo Domingo Allende, luego que volcara el bote a motor que los transportaba, a metros del desagüe del lago y donde se inicia el río Bueno.
Óscar conoce la zona como la palma de su mano. Creció entre los recodos del río y el lago, y muchos días salió en bote en compañía de vecinos, en su mayoría colegas cuidadores de parcelas del Loteo Quillín, con la esperanza de acabar con la incertidumbre de Claudio Barahona padre y Lilian Muñoz, la polola del joven desaparecido, que llegaron de Santiago y no se rindieron en recorrer y gestionar ayuda para el rastreo.
ÚLTIMO RECORRIDO
Ya caía la tarde del viernes y la visibilidad de las aguas del río se hacía escasa. Un par de botes harían el último recorrido de la jornada. En uno iba Óscar Oporto con un compañero. En el otro, Saul Cumilaf con un buzo de Mehuín.
A poco remar, en medio del río, Óscar giró el bote y se generó una claridad que permitió divisar la silueta de un cuerpo a más de 9 metros de profundidad. Eran las 17.40 horas y terminaba la tortura para la familia Barahona Alarcón.
“Grité al otro bote donde estaba el buzo de Mehuín, quien tras tres intentos pudo sacar el cuerpo de Claudio que estaba aprisionado a un tronco por la fuerte corriente”, recuerda el lugareño que tenía la profunda convicción que ese día debía terminar la búsqueda. “La noche anterior soñé que Claudio estaba en la revesa donde lo encontramos”, confidenció.
Oporto aclara que cuando se produjo el hallazgo el Gope de Carabineros ya abandonaba el sector, “pero les alcanzaron a avisar y pudimos entregar el cuerpo en la orilla”.
DOMINGO ALLENDE
Helmut Vera, al igual que Óscar Oporto y Carlos Martínez, trabaja y vive en el Loteo Quillín. Estaban los 3 cuando encontraron a Domingo Allende al día siguiente del naufragio, el 29 de junio.
“Nosotros conocíamos a Domingo desde pequeño y estuvimos recorriendo el río en un bote hasta que lo encontramos a unos 7 kilómetros del desagüe, en el sector conocido como El Arenal. Y ahí estaba, a 3 metros de profundidad enredado de un calcetín entre ramas”, recuerda Vera. Aclara que sacaron el cadáver con sus propias manos y se lo entregaron a Carabineros.
COMUNIDAD SOLIDARIA
Vera, Oporto, Martínez, Cumilaf son las caras visibles de una comunidad con un profundo espíritu solidario. Dispuestos a unirse para socorrer a quien lo requiera.
“Somos solidarios. Hacemos nuestra labor sin pedir nada a cambio”, explica Helmut, quien reconoce también a sus jefes que autorizaron el rastreo en horas de trabajo.
Coincide el concejal y locutor radial Alex Nahuelpán, quien en su cuenta de Facebook resaltó la capacidad solidaria de los vecinos de Puerto Lapi, Quillín y Alucema.
Claudio Barahona padre dijo estar muy agradecido del trabajo de la comunidad de Quillín. “Mi profundo agradecimiento a la gente, trabajan con el corazón, no piden aporte, solo buscar servir, lo mismo que el teniente Monsalve de Lago Ranco”.
Barahona habló con Diario Lago Ranco en momentos que preparaba en Valdivia el traslado de los restos de su hijo a Santiago, por tierra, ya que no fue autorizado para usar avión. Claudio será sepultado este domingo en la mañana en el Cementerio de General de la capital y en el lugar se realizará un responso por el descanso de su alma.
Diario Lago Ranco agradece a Belén Vera de Quillín por su ayuda en la elaboración del mapa de los hallazgos.
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