Con más de 40 años al servicio de la educación de cientos de niños y ovacionado por toda una comunidad, se despidió al querido maestro Ramón Quichiyao Figueroa. Familiares, autoridades, colegas, apoderados, alumnos y exalumnos quisieron estar junto a él este miércoles 20 de noviembre, a un mes de su jubilación como docente del colegio José Manuel Balmaceda.
Por más de una hora se extendió la ceremonia de despedida del profesor normalista, quien ingresó hasta el gimnasio del colegio entre cientos de espontáneos aplausos de todos quienes lo esperaban ansiosos para demostrarle cuán importante es para toda la comunidad escolar.
Hubo varios números artísticos y manifestaciones de cariño, un recorrido por todos los años que se dedicó no sólo a enseñar sino que también a desarrollar todas las potencialidades de sus alumnos.
MÁS DE 40 AÑOS DE TRAYECTORIA
Así lo señaló el actual director del establecimiento, Ricardo Solís Vega, quien hizo un recorrido por la trayectoria de su colega y sus también importantes logros en el deporte, a través del taller de fútbol que tanto encumbró el nombre de la, entonces, escuela.
“Tantos años de risas y alegrías, como olvidar esas conversaciones espontáneas en el patio del colegio, junto a sus alumnos”, recordaban los profesores encargados de presidir la ceremonia.
Sumándose a los elogios, se presentó una joven, Carolina Paredes, quien presentó un video que resume su paso por el taller literario “Hojas al viento”, también creado por el profesor. Y así una serie de homenajes de quienes lo aplauden y estiman a diario.
Muchos regalos también recibió el querido Ramón Quichiyao; de su colegio, de la brigada ecológica y del municipio. Y él respondió de igual manera, llevando una importante donación de libros de su autoría a la biblioteca del recinto.
Don Ramón, con ese carisma y cercanía que siempre lo ha caracterizado, fue uno de los últimos en retirarse del gimnasio, pues saludó y se fotografió con cada persona que se lo pedía.
El colega y amigo como lo nombran sus, ahora, ex compañeros de labores, se retira para un merecido descanso y para aprovechar a su familia. Deja atrás años de hermosos recuerdos, entonando el himno de su colegio, cuya letra también es de su autoría, junto a todo su colegio, que cantó de pie: “Mi colegio dorado de gloria…”
En el acto estuvieron presentes la alcaldesa de la comuna, Sarita Jaramillo, el administrador municipal, Óscar Mendoza, concejales, representante de Daem, Óscar Casal, director de Escuela Básica Fronteriza de Llifén, Juan Fuentealba Pinilla, colegas, ex directores, apoderados, alumnos y ex alumnos.
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