Una despedida multitudinaria brindó Paillaco a Ángela Pérez Quisel, madre del concejal José Aravena Pérez, quien falleció el pasado jueves 5 de junio, a la edad de 82 años.
Fueron cientos las personas que llegaron a despedir a esta madre, abuela y bisabuela que llegó a Paillaco junto a su marido Teobaldo a principios de la década del 50, para formar una familia de once hijos, de los cuales nueve están vivos (María, Carlos, Etelvina, Juana, Ana, José, Miguel, Antonio y Luis), 24 nietos y 11 bisnietos (más dos en camino).
El responso estuvo a cargo del pastor adventista y se desarrolló en la casa habitación de Ángela, una vivienda pequeña ubicada en calle Camilo Henríquez, pero que se agigantó para recibir a los cientos de paillaquinos que llegaron a acompañar al querido concejal conocido como "Negrito José".
Estuvieron presentes la alcaldesa Ramona Reyes, los concejales Ruth Castillo, Orlando Castro, Carlos Rolack y Javier Callis, dirigentes sociales, representantes del mundo mapuche, dirigentes políticos y amigos de la familia Aravena Pérez.
HONRAS FÚNEBRES
El cortejo salió rumbo al Cementerio Municipal pasadas las 15 horas, en una larga columna que desafió el frío.
En el camposanto, José Aravena leyó una breve biografía de la vida de su madre, donde destacó los valores que desde pequeños les inculcó: humildad, honestidad, esfuerzo, solidaridad y responsabilidad, los que como padres han traspasado a las nuevas generaciones. También intervinieron el profesor Pedro Palma, Marisol Molina en representación del Comité Regional del Partido Comunista y uno de los nietos de Angelita.
MUJER Y MADRE EJEMPLAR
Ángela vivió su infancia en la comuna de Puyehue y a comienzos de la década del 50, llegó a Paillaco junto a su esposo Teobaldo. Luego de recorrer sectores como Manao, Itropulli y Cufeo, se instalaron junto a 7 hijos a un costado de la carretera, gracias a la solidaridad de la familia Quezada Sepúlveda. Pero más tarde, comenzaron la lucha por la casa propia, decidiendo junto a otros vecinos, tomar un terreno deshabitado, desde donde fueron desalojados y trasladados a mediaguas, mientras se construía la población Vista Hermosa, hogar en el que fue velado su cuerpo.
Familiares y amigos también destacaron el gran compromiso político y consecuencia que manifestó Ángela como militante del Partido Comunista.
Angelita fue el pilar de una familia que creció con el esfuerzo de esta mujer que el año 1982 tuvo que sacar a los suyos adelante tras el fallecimiento de su esposo Teobaldo. “Vivimos momentos complicados, pero mi mamá nos educó con esfuerzo y un cariño que jamás olvidaremos y que pudimos recompensar hasta el final de sus días”, recordó una de las hermanas.
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