Facebook es quizás la más popular red social de Internet que permite a personas conectarse con otras personas, ya sean familiares, amigos o socios, pudiendo compartir gustos, hobbies, imágenes, opiniones, etc. De esa forma una de las funciones más importantes que esta red aporta es el interactuar contando a otras personas cosas de uno mismo, por eso no es extraño que encontremos a quienes publican su estado de ánimo o las cosas que están haciendo.
Hasta ahí la cosa parece mas diversión y evasión, que una oportunidad de exponer en el muro temas de importancia, temas serios. Sin embargo de tanto en tanto esta rareza si ocurre, hay quienes aprovechan este recurso de internet para demostrar opinión concienzuda y honesta, rompiendo la rutina de los estados y los likes para proponer detenernos a practicar el pensamiento crítico por unos instantes.
Por eso me sorprendió gratamente cuando hace un par de días uno de mis contactos en facebook, una respetable vecina futronina, lanzó un muy directo reclamo contra los jóvenes que han declarado “no estar ni ahí” con el proceso eleccionario del próximo domingo. Según supe mas tarde, esta opinión llena de la franqueza y la sabiduría que otorgan la experiencia en la vida, surgió luego de que la señora recibió como respuesta precisamente un apático “no estoy ni ahí”, de parte de un joven sobrino ante la pregunta de qué opinaba de las elecciones y si iría a votar este domingo.
En el discurso, se reprocha una suerte de doble standard de muchos jóvenes que se muestran rebeldes y reaccionarios por un lado, pero interesados y autocomplacientes por el otro, incapaces de reconocer el valor de la responsabilidad y el deber ciudadano.
Incluso responsabiliza a ese tipo de jóvenes en la fallida candidatura de Marcel Claude, quien apostó (y creyó) en el apoyo joven deseoso de renovar el ambiente político nacional, pero que finalmente obtuvo tan solo el 2,81% de los votos y terminó con una deuda de $150 millones, lamentando no haber motivado mejor a los jóvenes que, obviamente, no acudieron a votar por él…ni por nadie.
La opinión vertida en facebook, es reproducida íntegramente a continuación:
“Me tienen chata los jóvenes que dicen no estar ni ahí.....pero cuando se trata de recibir LOS BENEFICIOS no tienen el más mínimo pudor. Hablan con desprecio de nosotros los viejos, pero somos los que costeamos sus vacaciones, sus jeans pitillos, sus cigarros, copetes, pagamos su internet y celulares con planes incluidos, nos deslomamos trabajando para que tengan acceso a TODO LO QUE NOSOTROS NO TUVIMOS...y son incapaces siquiera de asumir la responsabilidad de decidir su futuro. Como siempre, la decisión este domingo la tomaremos los viejos. Aperraremos una vez más, mientras ustedes se quedan acostados, durmiendo la caña, también financiada por nosotros. Ustedes no votan por ninguna de esas dos viejas, como llaman a las candidatas. Quieren a uno de su edad, para que sea UN CIEGO GUIANDO A OTROS CIEGOS. Con sus bravatas y cantos de sirena, convencieron a un candidato de que irían todos a la moneda, en tropel, con él a la cabeza...todos los viejos SABÍAMOS que, como siempre, se quedarían acostados, dejándo al pobre iluso en un completo abandono y en la bancarrota. No son todos, por supuesto. HAY MUCHOS JOVENCITOS QUE SÍ ESTÁN AHÍ, que nos hacen sentir la esperanza que ellos se harán cargo de este país cuando ya no estemos nosotros. Los que me tienen chata son los otros, los que gritan educación gratis, pero se sacan puros rojos, los que me van a decir vieja de mierda, los que engrosarán la lista de los que no votaron, porque todo les parece poco.....Les diré algo: HAY ALGO QUE NINGUNA CANDIDATA PODRÁ DARLES, NI YO....Y es una buena zurra a poto pelado. Pero para eso ya es tarde. Así que sigan rezongando, sigan durmiendo hasta las tres de la tarde, que las viejas, y los viejos de mierda, tenemos cuerda todavía. Y cuidadito con reclamar que no les gustó el resultado de la elección. Perdieron la oportunidad, como dicen ustedes, pasó la vieja. O sea, jodieron. Y que jué!!!”.
Si alguien puede quedar impasible ante estas palabras, no lo creo. El hecho es que se devela una importante brecha generacional donde se confrontan dos experiencias bien definidas; la de aquellos que ya sobrepasaron los 50 años, que se criaron con una serie de rigores y conocen el valor de la palabra, así como asumen que los cambios son producto de procesos en los que hay que mantener la fe y la fuerza, y por otro lado esta una generación nueva que vive en una sociedad de tecnologías de la información que nos dice que lo queremos debemos tenerlo ya, bajo la regla del mínimo esfuerzo.
Sin embargo siempre hay matices y claramente no todos los jóvenes se dejan llevar por la corriente de moda, por eso el pensamiento crítico es valioso y opiniones como la expuesta mas arriba ayudan a poner los pies en la tierra y, por último, si no se quiere votar o participar de cualquier expresión ciudadana, que sea con argumentos, y no con un cómodo, liviano e insípido “no estoy ni ahí”.
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