Se trata de un proyecto de la empresa Energía de la Patagonia y Aysén -Epa Invercap- que se sumaría a la central ya construida en el valle del Río Florín, que originalmente había ingresado como Declaración de Impacto Ambiental al Servicio de Evaluación, el que determinó no continuar con su tramitación.
El seremi de Medio Ambiente de Los Ríos, Daniel del Campo, explicó que en este caso correspondía la presentación de un Estudio de Impacto Ambiental, lo que fue concretado por la empresa la semana pasada.
Durante la evaluación de la Declaración de Impacto Ambiental de estos mismos proyectos, que no siguió en curso, los servicios públicos realizaron diversas observaciones: dentro de ellas, que la construcción de las centrales de pasada contemplan la tala de 17,9 hectáreas de vegetación nativa y que en las áreas de influencias de los proyectos se detectaron 161 especies de fauna vertebrada nativa, de las cuales 52 se encuentran bajo algún estado de conservación que implica amenaza.
Según el Servicio de Evaluación Ambiental de Los Ríos, el bosque nativo maduro que se talaría es hábitat de especies difícil de encontrar, como la ranita de Darwin, concón y sapo verrugoso.
El seremi Del Campo sostuvo que será uno de los temas que vigilarán con especial preocupación durante la tramitación del estudio.
Otras de las observaciones de los servicios públicos señalan que la construcción de las dos centrales afectaría el valor paisajístico de la zona y que en su evaluación no se contempló a una comunidad indígena que se verá afectada directamente por las mismas.
De acuerdo a su ficha en el Sistema de Evaluación Ambiental, el proyecto consiste en dos centrales hidroeléctricas de paso, que en conjunto tendrán una potencia de 17,6 MW, energía que será inyectada al Sistema Interconectado Central.
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