Celebraban un cumpleaños en familia. Había mucho viento, pero nada que hiciera presagiar algo malo. Pasadas las 12:30 horas, los invitados se fueron y Miguel Ángel Alvarado Flández se quedó un rato en el living a descansar, mientras Rossié Marié Marín Guarda, su esposa, acostaba a sus pequeños hijos Lucas de 9 años y Amelia de 7 meses.
”Sentí un estruendo. Eran como la 01:00 horas de la madrugada, cuando vi como el cielo raso y parte de la pared se me venía encima. El árbol se detuvo a 50 centímetros de mi cabeza”, relató Ángel Alvarado, quien asegura estar vivo por un milagro de Dios, en el peor susto de su vida.
Junto a su familia profesa la fe cristiana y por ello asegura que la protección divina impidió que él y los suyos sufrieran algún daño. La vivienda tiene seguro y ya está en reparaciones. Mientras, están viviendo en casa de sus padres en Paillaco.
SOLO GRACIAS
"No necesitamos ayuda, sólo quiero dar un testimonio de fe y agradecimiento por el apoyo que recibimos de parte de Bomberos, Carabineros, el Departamento de Emergencia de la Municipalidad, nuestra iglesia, mi empleador, mis compañeros y hermanos en la fe. Todos se portaron muy bien. Muchas gracias de verdad”.
Alvarado es técnico agrícola y se desempeña como jefe de ganadería del Fundo Itropulli, ubicado a 15 kilómetros de Paillaco. La casa siniestrada por el eucalipto de 50 metros, pertenece a este predio que es propiedad del empresario Adolfo Melo.
Imágenes gentileza de Andrés Marín.
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